El quince de enero del presente año la Cia española Repsol anuncio que se había producido un derrame de petróleo en el mar Peruano durante las operaciones de descarga del Buque Tanque Mare Doricum, en las instalaciones del Terminal Multiboyas N° 2, de la refinería La Pampilla S.A.A., en Ventanilla
Inicialmente la empresa minimizo lo que a luces vista era un desastre al superar los 10, 000 barriles, ocasionando un prejuicio a las familias, pescadores, y a la flora y fauna como el peor desastre ecológico en el ambiente peruano.
Actualmente la OEFA informo que son 97 sitios afectados por el derrame que se produjo en este año en el mar de ventanilla esparciéndose por todo el norte del país afectando también ríos de la amazonia.
Lastimosamente este ecocidio impacto a más de cinco mil pescadores, comerciantes, familias y en especial a la flora y fauna que producto de su negligencia vemos como aves y peces son muertos por hidrocarburos pesados.
Ha pasado casi 9 meses que se produjo este derrame y hasta el día de hoy no se ha logrado limpiar el mar peruano que sigue estando contaminada, a pocos meses de iniciar el verano.
El cinco de octubre a las siete de la mañana pescadores artesanales, comerciantes, transportistas y el pueblo en general de Ventanilla, Santa Rosa, Ancón y Chancay que salieron hacer su marcha contra la contaminación del mar peruano y en defensa de las comunidades afectadas que continúan completamente contaminadas porque nunca han hecho el esfuerzo de limpiar, son kilómetros de kilómetros de playas que siguen con petróleo.
Lo más penoso es que no se sabe hasta cuanto tiempo se podrá llevar a cabo los procesos biológicos normales que permitan que los pescadores artesanales, comerciantes y familias puedan recuperar su principal actividad económica. Esto pone en evidencia la incapacidad del gobierno de contar con estrategias efectivas de remediación de derrames de petróleo. Lo absurdo es que el Premier Castillo anuncia junto al ministro de Economía que se seguirán incentivando la exploración y explotación de petróleo poniendo en evidencia su visión cortoplacista y rentista en un escenario de CC, dándole facilidades para mayor inversión a mineras y petroleras. Aquí la vida no vale nada.