Opinión

No somos INVASORES, somos PESCADORES

La comunidad de pescadores artesanales en Nuevo Chimbote enfrenta una situación preocupante. Quinientos pescadores y dos mil habitantes de las Caletas El Dorado, Caleta Colorada, Caleta El Muerto y Playa El Dorado, con una trayectoria de sesenta años, se ven amenazados por decisiones unilaterales que desafían la paz y la estabilidad que han mantenido en sus actividades diarias.

La Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote y la Procuraduría de la zona han ejecutado un desalojo extrajudicial, alegando la ocupación ilegal de Caleta Colorada y Caleta El Dorado. Sin embargo, estos pescadores, depositarios de conocimientos ancestrales, rechazan la etiqueta de invasores y claman por el reconocimiento de su trabajo pacífico y su contribución a la comunidad.

En un desconcertante doble discurso, el alcalde Walter Soto, gestor electo del distrito, ha cerrado las puertas al diálogo, negando su responsabilidad en el desalojo y excluyendo a estos trabajadores del mar de proyectos de inversión pública en las áreas mencionadas. ¿Cómo es posible que, siendo reconocidos como pescadores durante eventos oficiales, se les niegue el derecho al diálogo ya participar en decisiones que afectan directamente sus vidas y sustento?

Los pescadores exigen un cambio de actitud y una decisión política que articule proyectos ecoturísticos desde el municipio, incluyéndolos en la ejecución y gestión participativa. Solicitan el respeto a su derecho al trabajo ya participar en actividades temporales y de servicios en las áreas donde han trabajado durante décadas.

Este llamado a la justicia y la inclusión busca dejar sin efecto el desalojo, encontrar mecanismos legales que fortalezcan la alianza entre la Municipalidad de Nuevo Chimbote y los pescadores artesanales, y promover proyectos que beneficien a ambas partes. No se trata de invasores, sino de ciudadanos que han cuidado y prosperado en estas tierras y aguas durante generaciones.

El municipio tiene la oportunidad de demostrar que la gestión sostenible y el respeto a los derechos de quienes han contribuido al desarrollo local son prioridades. «Somos pescadores, no invasores», resonará como un recordatorio de la importancia de la inclusión, el diálogo y el respeto a los derechos de aquellos que han sido guardianes de las costas de Nuevo Chimbote por décadas.

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